Diez minutos es el tiempo que puedo tardar, desde que salgo de casa, hasta que me pierdo entre espartos, álamos o laderas arcillosas.
Diez minutos es la distancia que hay entre el sofá de mi salón hasta el cantadero del Buho Real, los meandros del Río Ebro o los cada vez más escasos Escribanos palustres.
Diez minutos se me hacen eternos cuando necesito ver a las Aguilas Reales hacer piruetas, u oler el monte después de una tormenta ...................................................................... por suerte, diez minutos es lo que me cuesta sonreir de nuevo.
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